¿Qué es una contractura muscular? Causas y tratamientos
La contractura muscular se asocia con un desequilibrio entre los grupos musculares dentro de una parte determinada del cuerpo y la incapacidad para estirar completamente un músculo en específico.
La contractura muscular es una condición patológica que causa dolor y dificulta el funcionamiento diario.
Sin una rehabilitación adecuada, la contractura muscular tiende a empeorar, por lo que es una condición que no debe tomarse a la ligera.
Músculos antagonistas
Para el correcto funcionamiento del sistema muscular y, por lo tanto, para un movimiento y rendimiento eficientes, se necesita el trabajo adecuado de los músculos antagonistas, es decir, músculos que se contrarrestan entre sí.
La tensión de los músculos antagonista se contrarresta porque actúan como si estuvieran “en parejas”. El debilitamiento de uno de ellos hace que el otro se ponga más tenso. El efecto de esto es el estiramiento excesivo del músculo y su debilitamiento aún mayor.
Además, dentro de los ligamentos, tendones y cápsulas articulares, los tejidos blandos se contraen, consolidando así la contractura.
Como resultado de una contractura muscular prolongada, una persona pierde el rango completo de movimiento en las articulaciones.
La progresiva degeneración de las articulaciones reduce adicionalmente su movilidad. Todo esto da la sensación de incomodidad y dolor, que a menudo luchan las personas con contracturas musculares.
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Causas de contracciones musculares
La contractura muscular tiene muchas causas. Cabe recordar que esta condición también puede afectar a personas sanas, como consecuencia de la falta de ejercicios de estiramiento, así como en ancianos, como consecuencia de un estilo de vida «más tranquilo» y la presencia de enfermedades sistémicas.
Sin embargo, trataremos las causas principales de las contracturas que son:
- Parálisis o daño nervioso.
- Inmovilización prolongada y falta de ejercicio (también en el caso de personas con discapacidad en silla de ruedas).
- Enfermedades como: distrofia muscular, artritis reumatoide, cáncer.
- La presencia de hematomas, edemas, adherencias y cicatrices.
- Inmovilización de una parte específica del cuerpo en un yeso.
- Lesiones que dañan las fibras musculares.
Ejercicio agotador
Cualquiera que haya realizado al menos un entrenamiento de fuerza conoce la intensa sensación de ardor en los músculos después de completar el esfuerzo. Lo que definimos como contractura muscular.
Esta sensación se debe al aumento de los niveles de ácido láctico. El ácido láctico es producido por el metabolismo y ocurre en la glucólisis anaeróbica, es decir, la «quema» de glucosa en ausencia de oxígeno.
Desempeña un papel muy importante en la aparición y establecimiento de la fatiga muscular cuando se acumula a nivel muscular.
La sensación de ardor es el resultado de un cambio en el pH del músculo, que se vuelve ácido.
El punto en el que el ácido láctico se acumula rápidamente se denomina umbral anaeróbico.
Esa dolorosa y desagradable sensación de ardor, que aparece tras un intenso esfuerzo, tiene, por tanto, una función protectora. La de evitar la contractura muscular hasta agotar por completo los recursos.
Falta de calentamiento antes del ejercicio
Todas aquellas personas que no calientan de la forma correcta previamente a la realización de algún tipo de actividad física, cuentan con más probabilidades de sufrir contracturas musculares. No olvides realizar un calentamiento en forma antes de cualquier entrenamiento.
De esta forma, evitarás la aparición de contracturas musculares.
Postura incorrecta
La mala postura, por ejemplo, al trabajar frente al ordenador puede resultar en una dolorosa contractura muscular.
Puedes preguntar a algún médico o fisioterapeuta acerca de cuál es la mejor postura que puedes adoptar en tus diversas actividades diarias.
Otra de las formas efectivas de evitar una contractura muscular, es utilizando un respaldo masajeador.
Síntomas de las contracturas musculares
Los síntomas alarmantes incluyen:
- Dolor persistente en una parte enferma del cuerpo.
- Limitación gradual de la movilidad de la articulación.
- Rigidez matutina.
- Pérdida de algunas funciones que se consideran esenciales, por ejemplo, el buen funcionamiento de las extremidades.
- Inflamación dentro del área enferma.
Cabe recordar que cualquier dolencia que nos preocupe debe ser consultada con un médico o fisioterapeuta, quien realizará pruebas diagnósticas durante la visita para detectar la causa de las dolencias o sugerir cómo proceder para retrasar las contracturas.
Un dato importante a la hora de diagnosticar una contractura es el hecho de que no siempre es visible «a primera vista», el paciente puede compensar las molestias de forma muy eficiente con dolencias menores.
Por lo tanto, se recomienda mirar al paciente de manera integral. La compensación consiste en que el paciente, por ejemplo, con una contractura en la zona de la columna, puede imitar los movimientos de alcanzar objetos o tener dificultades para realizar actividades básicas.
Así que recordemos la regla: cuanto antes se diagnostique la enfermedad, más corta será la rehabilitación y más rápida será la recuperación.
Rehabilitación de contracturas musculares
La rehabilitación de las contracturas musculares juega un papel importante. Los ejercicios y tratamientos en el campo de la fisioterapia aumentan la movilidad de las articulaciones y la flexibilidad de los músculos.
La clave aquí es el estiramiento, es decir, el estiramiento, realizado, por supuesto, bajo la supervisión de un profesional. Incluso si el daño no se puede revertir, puede aumentar en gran medida su rango de movimiento haciendo ejercicio correctamente o adoptando la posición correcta.
Toda rehabilitación debe comenzar con tratamientos físicos con efecto calor (irradiaciones, baños de hidromasaje, etc.), gracias a los cuales la zona ejercitada quedará relajada y más fácil de someter a terapia.
Finalmente, para consolidar los efectos de la rehabilitación, se debe aplicar kinesiotapingo equipo ortopédico que mantendrá el rango de movimiento desarrollado y evitará que la contractura regrese.
La alimentación también es importante
El cuerpo requiere una cierta cantidad de nutrición, incluidas vitaminas y minerales, todos los días. Es por eso que se recomienda una dieta bien balanceada y saludable para todos, no solo para aquellos con condiciones médicas.
Adoptar una dieta rica en frutas, verduras y carnes magras ayuda al cuerpo a suministrar sustancias importantes como la vitamina C, D y omega-3.
Las frutas y verduras frescas son cruciales para una dieta equilibrada y para la salud en general. La vitamina C es excelente para la salud de las articulaciones y para reducir la inflamación.
Por su parte, el magnesio, el calcio y la vitamina D son ideales para los huesos, los ácidos grasos omega-3 y los aminoácidos ayudan a restaurar los músculos.
¿Qué hacer en caso de contracturas y rigidez muscular?
Las personas con contracturas musculares recurrentes o rigidez deben consultar a su médico de atención primaria.
Los espasmos musculares dolorosos pueden ser la primera manifestación de enfermedades sistémicas, como el hipotiroidismo o la diabetes, que, detectadas en una etapa temprana, pueden ser manejadas con el tratamiento adecuado.
Sí, por el contrario, los calambres van acompañados de rigidez muscular u otros síntomas molestos, como: paresia, debilidad y dolor muscular, o temblores, debe acudir urgentemente a su médico de atención primaria o al servicio de urgencias.
Una situación que requiere atención médica inmediata es un espasmo agudo de los músculos como resultado del envenenamiento por tétanos o estricnina (incluido veneno para ratas o sustancias narcóticas contaminadas).
En estos casos, los espasmos y la rigidez muscular se asocian con convulsiones y dificultad respiratoria, una condición potencialmente peligrosa que requiere llamar a un servicio de ambulancia.